Lladó vuelve a mostrar su cara más
autoritaria y antidemocrática
El
Pleno ordinario del pasado 21 de marzo tuvo como punto principal la aprobación
inicial de un Reglamento Orgánico que, según el alcalde, “optimizará” el
funcionamiento de los Plenos. En él figuran, entre otras cosas, varios
artículos en los que se limita el acceso a la información de concejales y
vecinos, así como reduce el tiempo de las exposiciones de mociones, ruegos o
preguntas; incluso se limita el número máximo de preguntas por parte de los
grupos políticos de la oposición a únicamente seis.
En su turno de intervención, el
portavoz del Grupo Municipal Socialista, Blas Ángel Ruipérez Peñalver, mostró
su firme oposición a este reglamento presentado por el equipo de gobierno del
PP, en base a que “ya existen normas que regulan el funcionamiento de los
Plenos”, y lo más importante, porque este reglamento es una “cacicada” del
alcalde para obstaculizar la labor de fiscalización y control del gobierno
municipal que los grupos de la oposición ejercen legítimamente.
Asimismo,
Ruipérez recordó al alcalde que no es la primera vez que lleva a cabo acciones
de este tipo: comenzó la legislatura quitándole atribuciones al Pleno, más
adelante decidió responder por escrito a las preguntas de los grupos de la
oposición, y ahora presenta este reglamento, que solo va encaminado a limitar
al máximo el debate político y la participación de la oposición en la toma de
decisiones que afectan al municipio.
Las críticas a este documento no fueron
muy bien recibidas por el alcalde, José Antonio Fernández Lladó. En su
intervención, Lladó defendió el documento a base de mentiras y
descalificaciones hacia los concejales de la oposición. El alcalde del PP dijo
que la razón de ser de este reglamento es “el mal uso que los grupos políticos
hacen de sus derechos” y que, cada vez que un concejal de la oposición hace una
pregunta al equipo de gobierno, lo hace con “cicatería” y con afán de “sacar
rédito político”. La mayoría de preguntas, mociones y ruegos de la oposición,
en palabras de Lladó, no responden a las verdaderas necesidades del pueblo, y
por eso se hace necesario restringir su participación en el único órgano en que
su voz puede hacerse oír: el Pleno municipal.
Cuando el portavoz del grupo municipal
socialista, Blas Ángel Ruipérez Peñalver, replicó al alcalde y le recriminó su
actitud autoritaria, Lladó respondió que este documento se había hecho “porque
así lo han decidido los ocho concejales populares, que tienen la mayoría
absoluta”, y que los concejales de oposición deben asumirlo porque “ese es el
juego de la democracia”.
Desde el PSOE de Alguazas, queremos
recordar al señor Lladó que los concejales de nuestro grupo político también
han sido elegidos por el pueblo y representan a más de un millar de vecinos. El
concepto de democracia del alcalde de Alguazas es bastante mezquino; cree que
tener la mayoría absoluta en votos le avala para hacer lo que le dé la gana,
incluidos los continuos intentos de silenciar la voz de la oposición. Ese es el
pensamiento de quienes se sirven de los instrumentos democráticos para imponer
su voluntad, en vez de esforzarse por construir espacios de participación y
consenso político dirigidos a mejorar la vida de los alguaceños. Una vez más,
el alcalde se cree dueño y señor del municipio, y en vez de preocuparse por las
necesidades de los vecinos, pierde el tiempo inventándose medidas para
dificultar y limitar la labor de oposición del Grupo Municipal Socialista.